1era. Y entonces el oso le dijo al cazador…:
¡Dame un abrazo, nunca te fallaré, te quiero!
El cazador estaba un poco indeciso, porque no se le daban muy bien los niños y tampoco nunca acertaba con los regalos. Justamente ese día era el cumpleaños de su sobrina, que hacía 4 añitos y como era tan bruto y había estado mucho tiempo de viaje por causas de su trabajo, no conocía los gustos de su sobrina, pero como sentía una gran debilidad hacia los osos, finalmente se acabó diciendo por comprarlo, la ayuda de la dependienta también ayudó bastante para la compra final y así fue. Fue el primer regalo en el cual acertó, porque a su sobrina le encantó y duerme cada noche con él.
2nda. Y entonces el oso le dijo al cazador…:
Que ya no podía más con ese traje, que se estaba ahogando, porque esa tela no era muy transpirable, que se chocaba por todas las esquinas, porque casi no veía por los diminutos agujeritos del disfraz y que además no paraba de tragarse pelo al intentar simular ser un oso, cuando rujia. El cazador le dijo, que aguantara un poco que ya quedaba poco para acabar la obra de teatro, y que solo les faltaba una secuencia más que se esforzara al salir, porque estaba saliendo todo perfecto. Y el oso así hizo, aguantó hasta el final aunque ese traje le estuviera entorpeciendo en todos los sentidos. Pero el gran aplauso del público, hizo que se quitaran todos los males y que se le pusiera una sonrisa de oreja a oreja.
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